sábado, 16 de mayo de 2015

Niñas esclavas de la guerra

Si fui niña,
no me acuerdo,
sé, que fui sombra
en la arena, fui coces
de bestias ciegas
manoseando mi cuerpo;
 hija del yugo
que separan mis piernas,
esclava del dolor
mudo de mi silencio.
Seré la madre de tus hijos ciegos
y la desidia mansa
omisa de los pueblos.
Seré camino sin senda,
eslabón sin cadena
capricho del mundo
que mira hacia otro lado,
su vergüenza ajena.
Mujer que llevas
el éxodo en tus venas,
dejaste de ser niña
antes, de que lo fueras.

Miguel Ángel Cañada