Fotografía de la red
Te pido cita un viernes cualquiera,
en la plaza de esa ciudad
que solo existe en nuestros sueños.
Y la pena se derrite en este julio sofocante
cuando llamas y tu palabra se vuelve jardín
y caen flores de acacias que chispean y refrescan.
Me estremece el cielo refulgente que me inunda,
la ofrenda cobriza de la media tarde.
Y el verso que sorprende porque viene muy lejano,
pero sé que estoy vivo porque así tú te manifiestas.
Felipe Sérvulo. "El último vagón" Editorial Playa de Ákaba
La ofrenda cobriza de la media tarde... ¡Genial! Me gusta el poema.
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