Leer a Paredes, es comprender la desolación de un casco antiguo en decadencia;
la injusta desigualdad social de las mal llamadas personas en peligro de
exclusión social, cuando la sociedad ya las ha desechado con la mirada hacia
otro lado; el aprecio a las antiguas costumbres jaeneras (recordándome en
ocasiones al gran Ortega Sagrista) y la defensa de estas (pongamos como gran
ejemplo, el empeño de imitar la Semana Santa de Sevilla, perdiendo la
idiosincrasia de la de Jaén).
Martín Lorenzo Paredes, no sólo es un gran poeta
y escritor, es aquel que pone voz a los "callados" con el ritmo de
los grandes clásicos de la música, y con la ternura y el amor hacia su mujer y
sus hijas, además de ser un buen amigo.
Os dejo unas líneas de la página 60
" El mes amarillo por excelencia ha expirado y el cielo
alumbra diciembre. El invierno anticipado se ve en el humo que sale de las
chimeneas, en la lluvia que limpia las calles de malas conciencias, en la nieve
que reposa en las montañas…
Es esta época un espacio adecuado para el ejercicio de cualquier tipo de arte, ya sea de forma práctica (dejamos este mandato a los profesionales), o teórica, en la que el iniciado profundiza en los conocimientos de la música, de la literatura, del cine, de la pintura..."
Mirando al este de Martín Lorenzo Paredes Aparicio, Ediciones Seshat
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